martes, 29 de diciembre de 2009

Trance.

Hoy día, y no digo mañana o pasado, sino que simplemente hoy día, soy capaz de brillar con luz propia. Soy capaz de sonreír de manera sincera, y soy capaz de levantarme. Estuve en un trance de unos dos, o casi tres días en los que no hacía nada más que escuchar música depresiva, pero creo que tomarse un tiempo así también me hizo bien... a veces el alma pesa, y necesita dejarse caer por un rato. Reitero que fue solo un trance, quizás vuelvo a ser yo otra vez, aunque sé que algo en mí cambió. No tengo claro qué cosa cambió, pero sé que es algo diminuto de lo que pronto me daré cuenta... como me miro al espejo y veo hasta la más mínima imperfección, acá me miraré hacia adentro y detallaré minuciosamente cada cambio.
Me dicen que estoy extraña, es que estoy reconociendo este mundo nuevamente. Estoy reconociendo como se siente ver el sol brillar, y como se siente ver la luna que aparece y desaparece entre las nubes de un cielo no tan estrellado. Y me dan ganas de pedirle a la luna que se olvide de marcharse, que se quede ahí por siempre, no siendo conciente de los fenómenos astrofísicos que sucederían si eso fuera real.
Odio a veces que los días pasen tan rápido, que estemos a dos días de terminar el año... me parece casi increíble. Al menos este año lo termino bien. Lo terminaré tranquila. Ni tan feliz ni tan susceptible. Ni tan contenta ni tan ida o ausente.
El año termina. Entre trances y alegrías. Los mejores deseos para el 2010.

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