sábado, 29 de diciembre de 2012

Culpabilidad.


Para variar me dormí a las nueve de la mañana y bueno, algo me hizo click. Hay muchas cosas que pueden ser culpa del resto, pero no lo es el "cómo me siento", después de todo, yo debo aprender a ser fuerte y a filtrar entre las personas a las que sean adecuadas. No es su culpa haberme roto el corazón, es mi culpa por no cuidarlo como correspondía, por dárselo, no debí. Es mi culpa por haber confiado cuando las señales estaban más que claras. Y después de todo, si con una persona distinta, y otra, y otra, todo resulta mal, quiere decir claramente que el problema es mío, no fue su culpa, nada lo fue. Fue mi culpa por no ser suficiente, por hacer las cosas mal, no sé qué hice mal, pero lo entenderé. Y actualmente sigue siendo todo mi culpa, estar con una persona distinta, y seguir sintiéndome de la misma forma, seguir sintiendo que no valgo nada, que soy su última opción, que no me quiere, que cuando me dice te amo es mentira... ¡Es mi culpa! Nunca nadie me hizo daño, yo me aventuré en aguas profundas que no sabía atravesar y por tanto nadie es una mala persona, sólo yo que no soy mala sino estúpida.

jueves, 27 de diciembre de 2012

Give me love.

Dame amor como nunca antes,
porque últimamente lo he estado anhelando,
ha pasado tiempo y sigo sintiendo lo mismo,
quizás sólo debería dejarte ir,
quizás esta noche te llame,
después de que mi sangre se vuelva alcohol...

(...)

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Muy frío para volar.

Se supone que todo iba a mejorar, habían sido buenos días, no había recuerdos, no había esperanzas rotas, pero como siempre resultó ser una solución mal pensada: pateé el polvo debajo de la alfombra. A veces pienso que de verdad nunca voy a ser feliz, pero no porque no hayan motivos, sino porque yo no sé verlos, asumo que tengo un problema, el otro día me dijeron "es como si te gustara sentirte mal" y sí, quizás me da miedo estar bien porque sé que voy a volver a estar mal. Nunca voy a ser feliz por mi forma de pensar, porque no sé serlo, no importa lo mucho que tenga ni lo poco que me falte, siempre voy a ver el vaso medio vacío, siempre encontraré un motivo para quedarme dormida llorando, noche tras noche, y siempre encontraré la fuerza necesaria para fingir al día siguiente y aconsejar hipócritamente a mis conocidos (no tengo amigos) que piensan que siempre estoy bien y que soy lo suficientemente fuerte para aguantar mis problemas y los suyos.  Pero estos días habían sido mejores... Se supone que lo habían sido. Pero cómo... ¿Aún sigo creyendo que alguna vez mi felicidad durará más de una hora? Me siento estúpida por ilusionarme cada vez con que eso será así, no pasará nunca. Quizás debería dejar de intentarlo por las buenas, era mucho más simple salir todos los días y ahogarme en alcohol sin recordar nada al otro día, porque esa era una buena solución y me resultó para olvidar, temporalmente, pero resultó. Pude volar lejos.
Ya qué, lo más triste es tener que escribir y conversar conmigo misma porque soy tan miserable que nadie querría escucharme ni ayudarme. Y los que lo han hecho lo hacen un par de veces y después se van, todos se van, todos se alejan de mí, estoy sola, con mil problemas en la cabeza, y sólo me tengo a mí misma. Qué alentador.




martes, 11 de diciembre de 2012

12/12.


Ser fiel no es lo mismo que ser leal, más aún, ser fiel no es lo mismo que ser incondicional. Ser fiel es respetar al otro, no involucrarse con más personas si se ha elegido una pareja, pero ahí nos detenemos, porque ser fiel no implica amarse, no implica nada, sólo implica algo de moral y cumplir un compromiso. Para ser leal hay que tener algo más, no un nombre que defina, sino un lazo. Requiere empatía, sinceridad, requiere no traicionar la confianza otorgada, pero tampoco implica estar por siempre y para siempre, porque la lealtad también converge con la moral en un punto, por insignificante que sea. Él fue fiel cuando se le acercó alguien más de lo apropiado. No le correspondió un roce, porque tenía que cumplir el compromiso de la fidelidad, porque era éticamente incorrecto. Nunca mencionó un "no quise hacerlo, me nació porque te quiero", sólo dijo "si estoy en algo debo ser fiel". Debe, pero... ¿Quiére? Fue leal porque defendió quién soy delante de los demás y me dio su apreciación sincera en una conversación privada. Pero, ¿Le nace ser leal o se siente en la necesidad de devolverme lo bueno que le di alguna vez? Porque dijo que me debía felicidad, no que quería hacerme feliz porque me quiera aunque sea aborrecible. Quizás ni siquiera le nace. Y entonces, ser incondicional implica estar siempre, aunque lo que la otra persona haga parezca incorrecto, se estará ahí siempre, para apoyar y para hacer saber los errores. Pero para soportar la carga que implica ser incondicional, hay que tener algo de cariño por el otro y el apoyo que le brindes tiene que nacer. Si es por compromiso, pasaría a ser fidelidad o lealtad. Y eso me hace falta, incondicionalidad. Porque si él fuera incondicional no tendría tiempo para cavilar sobre la intención de sus actos, no dudaría. Si fuera incondicional quizás creería muchas cosas, pero no. Es leal, es fiel, pero no incondicional, y a mis ojos lo que más importa es la incondicionalidad. Me gusta serlo, pero también necesito que lo sean. Sería una lástima si todo se volviera vano compromiso. Sería una lástima si después de tantos años de circo, simplemente no me importara. Como pareja me han decepcionado siempre, una más, una menos, qué más da.

lunes, 10 de diciembre de 2012

No hay necesidad.

"No hay necesidad de buscar espacios vacíos, tampoco de buscar una antigravedad o de tener claro lo que se va a encontrar, no sólo en eso, sino en el camino que te conduce hacia el final. El tiempo... ¿No tendrá ya la espalda rota de tanto que le cargamos? Como si el tiempo fuera un Dios que nos cura las heridas... Como si el tiempo llegara y borrara recuerdos. Nosotros mismos adornamos el pasado para convencernos de que fue mejor. No es el tiempo una magia ni un antídoto, es una ilusión. Y si osciláramos entre lo que queremos encontrar y cómo lo hallaremos entonces no habría un tiempo superpoderoso, habría una perspectiva realista, secuencias, ni un antes ni un después: un proceso.

No hay necesidad de aferrarse a un oasis, no hay necesidad de besar destellos luminiscentes, imaginarios, secretos y ordinarios. ¿Para qué obviar esa refracción que te llevó a distorsionar lo que es real? No es el fin, aún no termina, no es supremo, no es sublime... Es una transición, es una etapa, tú la dejaste vivir, la alimentaste de miedos y le diste un hogar para que creciera... Paradójico que terminó por derrotarte a ti, su hospedero. Apareció un día de lluvia y te dio calor, te dio una llama para que la conservaras, o eso fue lo que dijo, con una sonrisa inocente y una expresión de ángel mal dibujada. Y la aceptaste, y viste el mundo desde sus ojos... Era una etapa, tú te acomodaste entre sus brazos cuando nadie te los había ofrecido. Tú quisiste quedarte ahí por siempre, en esa etapa efímera que hiciste eterna.

No hay necesidad de encadenarse, no hay motivo para coronarse a sí mismo como el rey de los condenados, nadie dibujó tu destino, tú sólo lo interpretaste por el lado equivocado. No tenemos alas pero somos libres, ¿No le bastó acaso con decirte lo contrario? Frente al espejo sabías que no era bueno, pero creíste que era paranoia y te obligaste a ser feliz con una popular sonrisa de Glasgow... En ese entonces el fin justificaba los medios. En ese entonces era mejor el dolor por sobre la muerte en vida. Y nadie lo negaba, todos te animaban por delante y te empujaban por la espalda. Tuviste que caminar de rodillas para aprender a levantarte, pero nunca aprendiste, y de eso te vienes a dar cuenta ahora.

Y tienes miedo, pero no es necesario, si bien nunca aprendiste nada al menos sabes qué se siente. No te aferres, no escapes. Las heridas dejan de doler cuando nos acostumbramos, eso no quiere decir que sanen. No pienses que son necesarias, ciérralas, heridas no te van a faltar nunca, pero prueba algunas nuevas, no hay necesidad de envejecer con las de los trece. Pero tampoco escapes, son más hábiles... Mientras corras no te van a soltar, aún te dominan. Sabes que los miedos forman una persona, y es esa la que te sonríe como ángel aunque tú sabes que no lo es, saben engañarte, hasta se divierten haciéndolo. No es necesario escapar a un mundo opuesto, tampoco encadenarte. No es necesario salir corriendo, pero tienes que cuidar no encadenarte. Tienes que ser ciego ante los espejismos, ante la alucinación... Tienes que lograr ese equilibrio. No hay necesidad de darse por vencido. No hay necesidad de morir. Por ahora."


jueves, 6 de diciembre de 2012

El cadáver pestilente.

La foto tiene más sentido del que parece. La mujer llevaba mucho tiempo enterrada pues lógicamente estaba muerta... Pero la desentierran. Le van quitando las vendas por partes, de hecho, en la foto se ve que aún tiene los brazos vendados. Y su expresión facial es la que se observa. Sería extraño revivir y ver otra realidad, ¿No? Pero hay alguien a su lado. Ella vence a la muerte y hay alguien a su lado... Ahora, si la realidad es mejor o peor de lo que era en su vida pasada es asunto distinto.

Me esforcé en buscar esta foto por todas partes para poder redactar mi texto que es bastante... Analógico. Me siento como ella, si hasta tenemos las mismas vendas en los brazos. Pero sí, hoy medité que estuve muerta mucho tiempo, mi interior estaba putrefacto, se lo tragaban las lombrices que se alimentan de lo que se degrada de un cadáver, porque yo era un cadáver, y de cierto modo lo sigo siendo. El día en el que me mataron no me di cuenta de que lo que seguía vivo de mí era un plano irreal, el alma yacía en un lugar lejano y sólo quedaba un espejismo que jugaba a ser real. Y mientras estuve muerta no le tomé el peso a nada. Todo podía cambiar, todo podía mejorar, y sin embargo ahora me doy cuenta de que es mucho más difícil que las cosas cambien y lamentablemente el destino se quiso forjar en un riel descarriado. Reviví, pero la verdad odio que me hayan sacado las vendas, ¿Por qué no me dejaron desfallecer en paz? Es injusto que odie a quienes me salvaron, pero lo hago. Preferiría verme muerta en vida y con una ausencia de sentimientos que verme como estoy ahora. Me doy vergüenza, me doy lástima de mí misma. Soy un cadáver que no se puede mover por sí solo, que se degradó y que ya no es nada de lo que era antes. Y aunque alguien sostenga mi mano, ese alguien se irá, pronto. Tal y como todos lo hacen.