lunes, 19 de septiembre de 2011

Goodbye -.

Si corto una línea me siento viva, 
porque tú sabes, yo no estoy viva...
Y déjame... son mis complicaciones.
Sin un lugar a dónde ir, no estoy dejándote,
no me estoy alejando.
No te estoy dando un beso de despedida,
en mi interior no es nada, sólo sigo sangrando,
pero no quiero darte el beso de despedida.
Crees que tienes el derecho de dejarme,
mientras yo espero bajo nubes oscuras a que llueva
rogándole a las luces un cambio.
Mientras la historia se pierde,
tomo mis últimos respiros,
y me siento viva...

No me dejes ir, no digas adiós.
Tú sabes que yo nunca mentí.
No me dejes ir, no digas adiós.
No dejes que este amor muera...

Creo en ti.

A veces realmente quiero mandar a volar todo. Desaparecer. Perderme fuera de esta constelación. Debes marcar con sangre tu prisión. Es todo lo que puedo decir. A veces vives en ti demasiado tiempo. Tanto, que casi formas el mundo interior perfecto y le cierras las puertas al resto. Pero lo haces para ti, no para el que está al lado. Y de repente crees encontrar alguien que vale lo suficiente como para mostrarle tu interior y ¿Sabes? ¡No-lo-ha-gas! Tendemos a cometer errores. Y los errores se pagan caro. A primera vista, todos valen la pena. A segunda vista también... a milésima vista se nota quién vale y quién no. Después nos quejamos y nos sentimos traicionados pero ¡No! Es nuestra culpa. No nos traicionan, nosotros confiamos. Bueno, así me siento. Como la estúpida que confió creyendo que esta vez todo sería distinto. Nada es distinto nunca, todo es igual siempre. Mi ley: no confiar. Mi error: haber confiado. Todo se resume en ello. Todos los destinos atados en mi piel se pierden con cada respiro, con cada vez que inhalo pensando en si él piensa en mí como yo lo hago. Sé que no lo hace. Sé que mientras yo me desvelo esperando un mensaje él se divierte haciendo cualquier cosa. Porque nunca jamás mis destinos se atarán con los de alguien que me quiera. Porque quién me quiera no me es compatible, por tener distintas aspiraciones, distintas formas de vida. Creer por primera vez es normal. Por segunda también. Por quinta algo idiota, pero normal. Creer tantas veces ya es de retrasados. Y lo peor de todo es que aún sigo creyendo. Aún pienso que todo el amor que he entregado me será recompensado algún día y es así como aún creo en que él puede cambiar y es así como aún creo en ti. Patético pero cierto. Creo en ti... sé que este infierno de incertidumbre no puede ser para siempre.

La Herida.


viernes, 16 de septiembre de 2011

Not enough.

Sí, he vuelto a mi blog. Siempre vuelvo a él, curiosamente. A veces creo que lo que necesito para volver a sentirme bien es expresarme sin que me digan nada, o que me digan lo que quiero oír. En este caso, escribiendo me respondo a mí misma y sé lo que quiero. Por ende, problema resuelto. Es eso lo que me hace volver aquí. Además seamos sinceros... a nadie le importa una mierda lo que el resto sienta. Son muy pocos los que se preocupan en serio... y ya no quiero pensar en quién sí y quién no. Mejor converso conmigo misma. Siempre llego a conclusiones oportunas. Y oigo lo que quiero oír.
En este caso, busco saber qué tengo de malo. Hay algo en mí que no está bien. Y es precisamente que quizás no encuentro qué es lo que no está bien. Naturalmente, debe haber algo, es simple: una defectuosa capacidad de arruinar situaciones. Piensas en lo mejor para todos, y todo te sale al revés, y quedas como la peor persona de la vida, por usar algo de hipérbole. Sí, es necesario aclarar que siempre mis comentarios tienen algo de retórica en ellos. Nunca falta la gente que toma todo en serio. Y bueno, tampoco me interesa. Escribo para mí, y yo me entiendo, y fin del problema. Y debo usar más conectores que y, pero es que escribo sin pensar y me importa una bolsa llena de basura y mosquitas alrededor. Bueno, el punto es eso. No dormir bien pensando en cómo solucionar las cosas, en cómo ser como todos quieren que seas y siempre arruinar todo con una acción pequeña y evitable. Y que nadie valore que intestaste, por supuesto. He ahí el problema. Todos me dicen cómo quiero y amo tanto a mis seres queridos y es simple: sé que no hacen las cosas con mala intención. Pero no... a veces no sé si es una discapacidad no valorar los esfuerzos del otro o si es simplemente un defecto humano como cualquier otro. O quizás el problema es mío. Y siempre llego a la misma conclusión: sí, el problema es mío. Etiende Michelle: el problema no es tuyo, tú intentas hacer lo mejor que puedes, tú tratas de hacer feliz a quién se te cruce por delante: no es tu maldita culpa.
Entonces qué, ahora soy ineficaz. Claro, por no ser capaz de lograr lo que quiero. Y ahora soy idiota por haberme engañado tanto tiempo y ahora soy estúpida por no saber qué hacer.
Pero he encontrado quizás el centro del problema. Nunca estaré conforme con lo que soy. Aspiro a demasiado, acepto muy poco. Me frustro fácil. En el fondo, entonces, el problema sí es mío. Debo trabajar en ello. Aunque sinceramente, me parece más interesante estudiar el mecanismo anaeróbico de un procariota que el funcionamiento de mi cerebro. Entonces, Michelle, ándate a estudiar. Supéralo: nunca estarás conforme contigo aunque llegues a ser lo mejor, aunque logres entender muchas cosas. Dedícate a estudiar, en una de esas, logras algo en la vida más allá de terminar en una esquina intentando hilar de forma limpia tus pensamientos.

sábado, 30 de abril de 2011

Read my mind.

En la esquina de la calle principal, tratando de seguir la línea, dices que quieres adelantar, y dices que yo estoy cayendo por detrás pero... ¿Puedes leer mi mente?
Bueno, yo nunca me di por vencida, escapando de esta ciudad de dos estrellas. Obtuve la luz verde, y también obtuve algunas discusiones. Giremos este asunto, ¿Puedes leer mi mente?
Los viejos buenos días, el hombre honesto, el corazón agitado, la tierra prometida, el beso sutil que nadie vio, las muñecas rotas y un trapecio gigante. Bueno, no me importa si es que a ti no te importa, porque yo no brillo si tú no brillas. Antes de dejarme, ¿Puedes leer mi mente?
Es gracioso como te derrumbas, esperando encontrar una señal que yo ponga frente a tu camino, justo en la entrada, con una magia recorriendo mi espina dorsal, ¿Puedes leer mi mente?
La reina adolescente, el arma cargada, el sueño moribundo, el elegido, la voz cansina, el mundo no descubierto, una muralla y un trampolín. Bueno, no me importa si es que a ti no te importa, porque yo no brillo si tú no brillas. Antes de dejarme, dime que encontraste cuando leíste mi mente.
Estoy descansando sobre mi fe hasta derrumbarme, tú nunca devolviste ese llamado. Abre esa puerta, no la dejes cerrar, yo quiero sentir ese fuego otra vez.
Él dijo a mí no me importa si es que a ti no te interesa, porque yo no brillo si tú no brillas, pon tu espalda sobre mí, pon tu espalda sobre mí sólo... pon tu espalda sobre mí. 
Las estrellas arden como diamantes rebeldes, cortados del sol. ¿Puedes leer mi mente?

miércoles, 27 de abril de 2011

Farewell.

Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron tus palabras.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
 y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. ¿Qué más?
Juntos hicimos un recodo
en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía.
Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

 (fragmento)

Poema de Pablo Neruda. Me agrada.

sábado, 23 de abril de 2011

m O m e n t O s - .

Las palabras siempre terminan siendo como avispas. Se incrustan en nosotros, siendo propias por un par de segundos. Luego de eso, mueren, y se vuelven ajenas. ¿Y qué? ¿Queda más por decir? ¿O te vas a conformar con sólo pensar?
Juguemos a cruzar palabras. Juguemos entre todos, entre nadie. ¿Qué se origina a partir de la nada? ¿Qué sigue después de todo?
Y en cada mañana, al despertar, las cosas cambian. La manera en la que luces, la manera en que sonríes, lo que sientes... lo que piensas... ¿A qué se le llama entonces eternidad? ¿Qué palabras se entrecruzan con eternidad si nos ponemos a jugar? 
¿Y si comenzamos el juego de nuevo, y lo iniciamos a partir de realidad? ¿Cambia en algo las cosas? ¿Las preguntas retóricas ayudan a encontrar algo, o sólo son caracteres mal ocupados? ¿Son acaso letras que alguien desechó sin siquiera darles un sentido antes de botarlos?
Yo no me voy a conformar hasta decir todo lo que tengo en la punta de la lengua. No me voy a cansar hasta dejar salir todo eso, el único óbice es el momento. ¿Y tú, misantropía? ¿Le darás paso alguna vez al instante preciso?

viernes, 22 de abril de 2011

No quiero escribir sobre papel, sino sobre piel.

No es que esta noche esté sola porque no haya más opciones. Tampoco es que esté despierta porque no pueda dormir. Es simplemente porque quiero sacarme ciertas ideas de la cabeza. En el fondo, es por opción, porque toda nuestra vida se compone de decisiones, de relatividad, de ideas que tomas o dejas pasar, para que finalmente repercutan en nuestros destinos. Y todo el dolor se lleva adentro, muy en el fondo. No es que venga o se vaya, es sólo que a veces despierta.
Afuera de esta habitación, al otro lado del cristal, por la otra cara de la moneda, las luces brillan, y contrastan con tanta oscuridad circundante. Y si bien he optado por quedarme en este lugar, no es que lo prefiera. Yo querría tantas cosas, que quizás no son lo mejor y por eso no las tengo. Es que es un mal del ser humano el querer cosas que ya tiene pero de otra manera, aunque suene a misantropía. Siempre, pero siempre que tenemos lo que queremos, pedimos más y entre tantas quejas absurdas, se nos va eso que habíamos pedido a gritos. ¿Y así culpamos al destino? ¿Así culpamos al primero que se nos cruce por delante, cuando la estupidez es nuestra y no ajena? Yo soñaba con que alguien, en lugar de escribir odio, tristeza, o dolor en las páginas doblegadas de mi vida, me escribiera amor en los brazos. ¿Y cuantos no intentaron escribirme amor en la frente, en las mejillas, y en las manos? Y para qué, si al final la tinta de lápiz la saca el agua. Para qué quiero que alguien me escriba amor en la espina dorsal, si tarde o temprano todo se desvanece.
Cohesionemos, entonces. ¿Qué saco con salir a las luces de la ciudad ahora? Podría hacerlo, usar mi mejor ropa, mi mejor peinado y un bonito maquillaje. Podría conocer gente, podría sonreír de la manera más sincera... pero para qué, si he tenido eso tanto tiempo, y como soy idiota por ser, naturalmente, humana, no lo quiero de esa manera. Nadie ahí afuera me va a escribir amor en los brazos, sólo me van a escribir miseria, vicios, dolor, o indiferencia. Nadie me escribirá amor. Y ni siquiera quiero que me escriban amor en los brazos con una letra curvilínea, quiero que con un beso, me escriban amor en los labios, que con una caricia me escriban ternura sobre las mejillas, con un abrazo, sonrisas sobre la clavícula y con una sonrisa, eternidad en la mirada.
Yo siempre escribo amor sobre las personas, me gusta hacerlo. Aunque eso implique una auto-destrucción, pienso que no es malo. Creo que de una u otra manera, aunque sea de la más miserable, puedo reconstruír todo lo que se haya trizado por dentro. Hay algo más... que siempre permanece. Quizás es porque sé que aún quedan cosas en el mundo, cosas que nunca sabremos valorar pero que están ahí y el tiempo las hace especiales. Una de las cosas que siempre permanece, es lo que el resto te escribe en los brazos pero en un idioma diferente. Es por eso, que sin importar cuantos me hayan amado en el pasado, ninguno fue capaz de escribirme amor en los brazos. La tinta es frágil, y la mayoría suelta el lápiz antes de llegar a la R de amor. ¿Es que acaso nadie comprende que el amor no es decir te quiero? ¿Qué saco con salir al mundo exterior durante la noche, durante las fiestas, durante tanta densidad, si nadie tiene lo que busco?
Si me escribieron alguna vez, la tinta se ha borrado ya. Si quieres escribirme, lo que sea, adelante. Sino, hazte a un lado para que alguien más pueda escribir, que varios andan con lápices bonitos en mano. Veamos quién soporta tanta relatividad y llega al punto final.

miércoles, 6 de abril de 2011

Aléjate de mí.


Sí, fui yo quién te enseñó a ignorar cien soles para sentir el latido de nuestros corazones...


Pero he extraviado todo. Toma de mí lo que quieras, no tengo nada para darte. ¿De verdad me quieres? ¿Aunque eso signifique vivir una mentira? Aléjate de mí mientras puedas.

lunes, 21 de marzo de 2011

Damas y caballeros:
La verdad es ahora aceptable, la fama es ahora inyectable.  
¡Procesa el progreso!
Este asunto es crítico, la fe no está disponible, las vidas se hacen increíbles, ahora por favor entiende...
Ellos venden lo presentable, ingestable, estéril, coleccionable y seguro. No lo soporto, esta carta es mi palabra, es un arma, el sonido de mi venganza contra los que planearon.

Puede que haya algo más allá de tu ventana, pero nunca lo sabrás...


jueves, 17 de marzo de 2011

El final es un nuevo comienzo pero sigue siendo final.

Y así era como las cosas iban a acabar. No sé si me parece una ironía, por el hecho de que cada final es un nuevo comienzo, y por ende, lanzarme a reír, o si llorar hundida bajo las sábanas por el hecho de que el nuevo comienzo estará marcado por el pasado. Si tan sólo oyeras lo que digo... si alguien escuchara. Pero mientras más digo, más sordos se vuelven los oídos. Mientras más oigo, más indiferente pretendo ser ante tanto hielo. Todos los sistemas tienden a la entropía... me pregunto, los sentimientos, que son taaaaan especiales según todos, ¿No pueden ser la excepción a la regla? No, claro que no. Dices entropía y son los primeros en alterarse y saltar como desesperados, provocándote ganas incluso de cabecearte contra la pared.
Lo bueno no se ve ahora, porque ahora sólo vemos arlequines. No vemos personas, vemos arlequines que juegan a ser cada día alguien distinto. Pero son personas... los sentimientos te bloquean, también las emociones... no es necesario el rencor porque no sirve. No es necesario morirse en vida porque la muerte está tan segura de ganarnos que nos da una vida de ventajas. Entonces dime, si las cosas acaban de esta manera y me dejan un vacío, ¿Debo reírme de lo sátiro? ¿Poner un muro a mi alrededor? No.
Las personas siempre buscan convencerse de que están oyendo lo que quieren escuchar, las personas pueden manipular la verdad a su antojo cada vez que quieren, ¿Por qué entonces no podría yo? Cambiar la historia, cambiar el ciclo y los períodos, reordenar, hacer que lo que venga ahora sea algo bueno y no algo malo como está predestinado, ¿Qué tanto se puede jugar con el destino? ¿Puedes tenderle trampas? ¿Sacas algo haciéndote preguntas retóricas?

Mientras más veo, menos conozco. ¿No fue tu mirada cristalina la que me prometió un castillo de cristal? Olvidaste mencionar que el cristal se derrite con las lágrimas... dicen que el amor es una química, ¿No es más bien un cristal? ¿No construímos una historia a base de fragilidad? Fragilidad, al descubierto, en ti, en mí, en nosotros... fragilidad lo es todo y lo es nada, ¿Qué es entonces amor? ¿Un amigo? ¿Un enemigo? ¿Sobre qué estamos construyendo? Y sobre qué seguimos caminando...
Sea cual sea el lugar a donde vayas, no mires atrás, ni abajo, ni a un lado, ni al otro. Mira siempre adelante, elige sabiamente qué puertas abrir y qué puertas cerrar. Elige. Ahora que puedes... elige y nunca, pero nunca jamás mires atrás. El pasado ahí está, ahí permanece, no necesita ser más escarbado porque de eso me encargo yo. El mendigo escarba lo que queda, yo escarbo los recuerdos. Pero que bonito... quien me viera, ¿Adivinaría que alguna vez fui princesa? Mentiría si dijera que no fui feliz, pero también mentiría si afirmara haberlo sido. Yo no quería cristales, no quería ser princesa. Jamás te pedí más que una sonrisa... ¿Por qué entonces recuerdo un destello amorfo y no así tu rostro? Si nunca te pedí nada, ¿Por qué entonces me regalaste palacios y no un beso durante el silencio de la nieve y de la noche?

martes, 15 de marzo de 2011

La inocencia del cadáver antes de convertirse en víctima.

Esclava de mi propio cuerpo y víctima de un crímen, víctima del pasado, marioneta del raciocinio. Te regalo todo lo que haya dentro mío, porque no hay nada que quieras tomar. Un convenio irrompible, pero nosotros no lo somos. Pareciera ser que todo es un crímen perfecto sin embargo el vidrio a pesar de ser sólido puede romperse. Una sonrisa, ¿A dónde iremos ahora? Todo parece tan bizarro y no hay salidas para escapar del criminal. Te quema la piel, te clava con su mirada diez mil estacas y en las muñecas espinas sin siquiera rosas que las sujeten... ideas fijas, estrechez de pensamiento. Luego de todo esto, ¿Puedo seguir reclamando una inocencia? A base de hipocresía podría, pero quizás no sea como tú en aquel aspecto de las faltas humanas y las falacias.
¿Podría entonces decir que soy inocente?
Fuimos víctimas de un crímen, ¿Cuántas veces no fuimos juzgados? Ataron nuestras espaldas y esposaron nuestras manos. Sonrieron cuando pensamos que teníamos oportunidad de ser felices y pisaron nuestras manos cuando nos agachamos para recoger lo que dejamos caer.
¿Podrías entonces decir que eres inocente?
Cuando acabaste con la verdad y el tiempo sigue pasando, cuando extorsionaste todo lo que alguna vez consideraste veraz, cuando contradices lo que piensas y afirmas lo que no sientes con dolor. Cuando me miras a los ojos y te das cuenta de que se cierran, cuando me miras las muñecas y te das cuenta de que aún estoy esposada, cuando me miras las mejillas y ves los surcos de sangre. El tipo de sangre que no sale de las sábanas, el tipo de sangre que el detergente no se lleva.
¿Podríamos entonces decir que somos inocentes, aun estando juntos en esto? Nadie le había advertido antes al criminal que mi sangre era cálida y dulce. Finalmente, fui yo quién comenzó a pasearse por delante sin pensar en fantasmas y en muertos vivientes.

domingo, 13 de marzo de 2011

Painting Flowers

Extraño laberinto, ¿Qué es este lugar?
Oigo voces detrás de mis hombros
nada tiene sentido en lo absoluto...
Me pregunto, ¿Por qué corremos?
Cada día corremos en círculos...
una manera algo divertida de caer.

Traté de abrir mis ojos
estoy esperando por la oportunidad
de hacerlo bien...

Cuando me despierto,
el sueño no ha terminado
quiero ver tu rostro y saber
que estoy en casa.
Si nada es verdadero,
¿Qué más puedo hacer?
Yo aún pinto flores para ti...

Tiro las cartas,
te doy mi corazón,
desearía que pudieramos
comenzar de nuevo...
nada tiene sentido en lo absoluto.

 He oído todo lo que has dicho...
... no quiero perder la cabeza.


domingo, 13 de febrero de 2011

¿Qué hay de cierto en un vampiro?

A ver, vámonos un poco por la ficción. Un ser sobrenatural, de piel blanca, que no puede exponerse a la luz del sol, y que puede morir cuando atraviesas una estaca en su corazón, supuestamente vendrá en la noche a chupar tu sangre. Supuestamente tendrá los ojos extraños, algunos mitos dicen ojos rojos, otros, ojos con un brillo especial, quién sabe la realidad, nunca he visto un vampiro como esos. Camuflan sus asesinatos con 'animales salvajes' que atacan a la gente. En las novelas, niñas estúpidas se enamoran de ellos, y supuestamente ellos también. Tenemos desde Entrevista con el vampiro, clásico, hasta la nueva sensación, la saga Crepúsculo. Muerto hasta el anochecer, me pareció algo más realista. Algo. El beso de medianoche que no sé cómo terminé de leerlo porque odio ese tipo de literatura, entre otros. Hasta en televisión los vampiros nos invaden, pero... ¿Cuanta realidad hay en este mito urbano? ¿A quién se le ocurrió inventar a los vampiros? ¿O será que alguna vez existieron? ¿Eran condenados o favorecidos al vivir para siempre?
Llendo al grano, para mí los vampiros existen, no con ese nombre, y tampoco chupan sangre humana. Para mí los vampiros son personas que pueden ser objeto de analogías vampíricas. ¿Qué hace un vampiro? Llega, extrae el líquido vital de una persona, dejándola agonizante e incluso muerta. Temen involucrarse con humanos para no herirlos, en algunas novelas. Ahora... ¿No suena un poco a realidad? Digo, personas que... llegan a tu vida, toman lo mejor de ti, tus sueños, tus esperanzas, y te dejan medio agonizante en cuanto a estados anímicos y ese tipo de cosas... y también temen hacerte daño. ¿Quién no se ha involucrado con alguien en una relación medianamente insana? En la que sabemos que vamos a sufrir, sin embargo, ninguno de nosotros es capaz de tomar la decisión correcta. Nos gusta sufrir parece... los humanos somos masoquistas por naturaleza, y los humanos vampiros simplemente reemplazan la inmortalidad ficticia por la insensibilidad. Es eso un vampiro, un ser que su corazón ha dejado de latir figuradamente, que no puede ver la luz del sol, porque simplemente él mismo se ha negado a verla. Es un ser que hiere a los demás, pero no físicamente sino emocionalmente. Esa es mi explicación para qué son los vampiros en realidad. Es entretenido leer a veces relatos sobre todo eso, pero vamos, seamos más realistas. Niñitas de 13 años, ningún Edward Cullen vendrá por la noche a visitarlas, y ustedes tampoco son Bella Swan o algo por el estilo. Y no lo digo por ofender, lo digo por romper una fantasía que me desespera. Quizás algo de vampiro tengo... no soporto que la gente viva en burbujas de felicidad... porque también viví así y se sufre mucho más a la larga.
Ahora el tema está en madurar, en no dejar que los vampiros te influyan, en alejarte de ellos mientras puedas. Y no perderte en la ficción. Los vampiros son apuestos y encantadores, pero tarde o temprano, te 'chuparán la sangre'.