domingo, 31 de enero de 2010

Vivir, respirar. Simplemente intentarlo.

Sueño perfecto, de cielos anaranjados
unos toques de azul y morado
fue tan real, tan extraño y bonito
pero justo en la peor parte acabó.

El teléfono estaba sonando,
apurada tuve que contestar
a la persona que llamó maldiciendo
pero todo siempre desde mis adentros.

Que no se te escape un sentimiento
tampoco un recuerdo muerto
no debes olvidar que es facil aparentar
después de todo, sonreír es alegrar.

Pero no soy feliz por sonreír
son solo apariencias y es por ocultar
el terremoto que hubo en el interior
la revolución que jamás iba a funcionar.

Y en la desesperación incluso
en este mundo para mí muerto
soñé contigo, insólito si nunca sueño
fuiste tan real, tan directo.

Tan directo en cuanto a palabras
y me complementaste con miradas
en el sueño me decías directamente,
a ti te quiero, a ella la amaré siempre.

Si me hubieras dicho eso...
si en realidad me hubieras dado una excusa
una coartada, al menos una disculpa
todas estas cosas serían distintas.

Y qué patético complementar
la vida con sueños de papel
que ridículo suena alentar
una fantasía tan idiotamente cruel.

Pase lo que tenga que pasar,
si sonrío, lloro, o me pongo a esperar
me gustaría antes que nada aclarar
que yo siempre lo intenté,
que nunca dejé de buscar
esa felicidad inexistente.

Si vivo, muero, suspiro, lloro, recuerden que yo siempre intenté.

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