viernes, 25 de septiembre de 2009

Poder decir adiós es crecer.

Si amas algo, déjalo libre. Si regresa fue tuyo. Sino, nunca lo fue.
He decidido escribir, porque es a lo máximo que me permito recurrir.
En estos momentos deseo tu paz y felicidad, y que tu sonrisa alegre y vivaz nunca se esfume
que perdure ahora y siempre, estando con la persona que escogiste
Esa que no soy yo porque te perdí definitivamente...

Fue preferible que te tomaras esa libertad, lo nuestro solo puso en peligro la existencia
Con el tiempo lo verás como un favor y es lo menos que podía hacer.
Debo admitir que no fue fácil despegarme de tu cuerpo y de tu piel
lo que un día tanto ame. Todo me tocó perder.

Por que todo esto se volvió tentador, es lo que pasó con nosotros
cada latido nos sumergía en este amor que juntos cultivamos.
Espero que ese alguien te encamine con dulzura y pasión
tal como lo soñamos juntos, solo que ahora ese alguien no seré yo.

Quizas Dios lo quiso así, nuestro futuro juntos se detuvo aquí
cada uno con rumbo diferente, y aunque me duele herirte sé que vas a entender.
Sé que en tus ojos muy pronto acabarán las lágrimas y con esa actitud valiente
divisarás en tu mirada que ya no estarás solo, estarás bien acompañado
con la persona más privilegiada que se ganará tu amor.
Como lo hace hoy ella, camina tomando tu mano y te abraza fuertemente.

No nos mereciamos, o simplemente tu felicidad no estaba conmigo.

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