martes, 22 de septiembre de 2009

Equinoccio otra vez.

Los árboles florecerán otra vez, el frío se marchará...
Oh sí, irónico: comienza la primavera con un día de lluvia. Me fascina la lluvia, me hace pensar, reflexionar, y me hace feliz ver cómo las gotas caen y caen. El cielo llora, y luego es feliz otra vez mostrándonos las maravillas terrenales. Un arcoiris, el sol alumbrando cada gota caída. Los niños saliendo a jugar otra vez, y uno contemplando todo eso. Una sonrisa se escapa por mis comisuras y ya no puedo dejar de ser feliz.
¿Y ya se fue el invierno?
¿Tan pronto?
Porque fue tan cálido en comparación al anterior. No cálido de grados Celsius, cálido de calidez en el alma.
No sentí ese vacío, porque tu presencia ya no me persigue. Puedo mirarte y desearte lo mejor. Ese vacío sigue presente, pero no lo sentí este invierno.
Ahora viene la primavera. No sé que pasará en esta, dicen que la primavera ayuda a formar ese ambiente romántico entre las personas, y al parecer no es mentira. Todos a mi alrededor están encontrando un alma gemela.
No sé que pasará, la verdad prefiero creer que todo será lindo como la primavera anterior. Ojalá el amor no golpee mi puerta, no quiero sentir frío en primavera, no quiero recordar ese vacío que sigue ahí en lo más profundo.
Me pregunto si no ha nacido algún hombre que quiera inventar conmigo una nueva forma de amor...
Quizás el olor de la primavera comience a hacer su efecto.

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