viernes, 6 de noviembre de 2009

Un poco de locura no daña a nadie.

Oye, si tuvieras una oportunidad de aprovechar alguna de las cosas que desperdiciaste, o un tiro para acabar con el desastre que causaste... ¿Qué harías?...
Las manos sudan, las rodillas tiritan y el cuerpo en general pesa. Un alrededor lleno de nutrientes que su estómago no quiso digerir y devolvió... se ve tranquilo para apretar el gatillo aunque este muriendo por dentro. Escribió algo, eso que la gente nunca quiso escuchar, porque las palabras no salían aunque su boca se abriera, no sabía cómo decirlas... estaba en crisis y todos lo estarán. Él, en ese momento de apretar el gatillo se arrepintió de no haber vuelto a su hogar para elegir la primera opción.
Las oportunidades se dan solo una vez en la vida.
Su alma se escapa y se abre paso entre ese desastre de habitación. 'El mundo ahora es mío' Piensa, 'Puedo hacer lo que quiera...'
Vio su vida aburrida, recordó algunas memorias y se encontró en su hogar viendo a su propia hija creciendo. Quiso abrazarla, pero sus zapatos ya no lo quisieron de vuelta. Cubre su nariz, los médicos mueven su cuerpo agonizante, mientras él mira impactado.
Los gritos de su familia, 'solo estaba jugando' piensa él, 'yo no quería esto en serio'. Intentó ponerse sus zapatos otra vez, los zapatos que llevaban inscrita la palabra 'vida'. No los volvió a encontrar, y ya era hora de marcharse de esa tierra que no le pertenecía. Esa tierra que él voluntariamente abandonó.
Cuando dio una última mirada a los zapatos pensó 'cada par de pies dirigen sus zapatos' y tuvo que marcharse.
Quizás la historia es decadente, quizás es triste, pero... solo analiza, porque a veces ya no hay vuelta atrás. Puede parecer una locura pero un día la vida se cansará de darte oportunidades.

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