lunes, 10 de diciembre de 2012

No hay necesidad.

"No hay necesidad de buscar espacios vacíos, tampoco de buscar una antigravedad o de tener claro lo que se va a encontrar, no sólo en eso, sino en el camino que te conduce hacia el final. El tiempo... ¿No tendrá ya la espalda rota de tanto que le cargamos? Como si el tiempo fuera un Dios que nos cura las heridas... Como si el tiempo llegara y borrara recuerdos. Nosotros mismos adornamos el pasado para convencernos de que fue mejor. No es el tiempo una magia ni un antídoto, es una ilusión. Y si osciláramos entre lo que queremos encontrar y cómo lo hallaremos entonces no habría un tiempo superpoderoso, habría una perspectiva realista, secuencias, ni un antes ni un después: un proceso.

No hay necesidad de aferrarse a un oasis, no hay necesidad de besar destellos luminiscentes, imaginarios, secretos y ordinarios. ¿Para qué obviar esa refracción que te llevó a distorsionar lo que es real? No es el fin, aún no termina, no es supremo, no es sublime... Es una transición, es una etapa, tú la dejaste vivir, la alimentaste de miedos y le diste un hogar para que creciera... Paradójico que terminó por derrotarte a ti, su hospedero. Apareció un día de lluvia y te dio calor, te dio una llama para que la conservaras, o eso fue lo que dijo, con una sonrisa inocente y una expresión de ángel mal dibujada. Y la aceptaste, y viste el mundo desde sus ojos... Era una etapa, tú te acomodaste entre sus brazos cuando nadie te los había ofrecido. Tú quisiste quedarte ahí por siempre, en esa etapa efímera que hiciste eterna.

No hay necesidad de encadenarse, no hay motivo para coronarse a sí mismo como el rey de los condenados, nadie dibujó tu destino, tú sólo lo interpretaste por el lado equivocado. No tenemos alas pero somos libres, ¿No le bastó acaso con decirte lo contrario? Frente al espejo sabías que no era bueno, pero creíste que era paranoia y te obligaste a ser feliz con una popular sonrisa de Glasgow... En ese entonces el fin justificaba los medios. En ese entonces era mejor el dolor por sobre la muerte en vida. Y nadie lo negaba, todos te animaban por delante y te empujaban por la espalda. Tuviste que caminar de rodillas para aprender a levantarte, pero nunca aprendiste, y de eso te vienes a dar cuenta ahora.

Y tienes miedo, pero no es necesario, si bien nunca aprendiste nada al menos sabes qué se siente. No te aferres, no escapes. Las heridas dejan de doler cuando nos acostumbramos, eso no quiere decir que sanen. No pienses que son necesarias, ciérralas, heridas no te van a faltar nunca, pero prueba algunas nuevas, no hay necesidad de envejecer con las de los trece. Pero tampoco escapes, son más hábiles... Mientras corras no te van a soltar, aún te dominan. Sabes que los miedos forman una persona, y es esa la que te sonríe como ángel aunque tú sabes que no lo es, saben engañarte, hasta se divierten haciéndolo. No es necesario escapar a un mundo opuesto, tampoco encadenarte. No es necesario salir corriendo, pero tienes que cuidar no encadenarte. Tienes que ser ciego ante los espejismos, ante la alucinación... Tienes que lograr ese equilibrio. No hay necesidad de darse por vencido. No hay necesidad de morir. Por ahora."


No hay comentarios:

Publicar un comentario