jueves, 16 de febrero de 2012

Creación bizarra.

"A cualquier lugar al que vaya, por el resto de mi vida, me preguntarán por qué soy así. Y no tengo respuesta, esto no tiene final".

Que estúpido parece pasar mi tiempo libre en una biblioteca. Observar miles de estantes llenos de libros, y he ahí mi dilema. ¿Cuál leer? Detenerme en cualquiera y pensar... ¿Tendrá un mundo onírico, utópico, mítico u otro? ¿Estará narrado en forma de racconto, prolepsis o analepsis? ¿Flash back o Flash forward? Pensar que cada uno es un mundo, un universo, y pensar que puedo infiltrarme en cualquiera de estos me fascina. Tengo mil mundos a mi disposición, y cualquiera puede ser mío al alcance de unos pasos. Y es que cualquier mundo es mejor que este mundo de vanidosos e hipócritas humanos. Eso lo pienso desde el día en que todo se esfumó de mis manos... Cuando ella decidió dejarme. Fue mi culpa, sí, pero aún no me hago la idea, aún espero sus llamados, pero luego me doy cuenta de que aquellos son solo actos de implícita ilusión. Ella nunca volverá a llamarme, nunca volverá a buscarme. Aunque quisiera no podría... Nunca volverá a amarme, quererme... si quiera apreciarme. Pero todo es mi culpa, sí. Yo, en lugar de averiguar el porqué de sus actos, me marché sin decir adiós, yo fui quién comenzó con el quiebre. Pero realmente no estoy de ánimo como para narrar eso. Sí, quizás algún día.

Levanté mi vista. ¿Un clásico, o aquel que nadie conoce?
Me dejé llevar por lo que fuera, y simplemente estiré mi brazo hacia el libro que estaba al frente, pero una mano se posó sobre la mía. Miré a mi lado. Dos personas buscando el mismo libro. Pero ella... sus manos, su expresión, una réplica de mi antigua amada. Una réplica, sin embargo no es. Tomé otro libro y me senté rápidamente. "Puedes quedarte con el libro" Le dije mentalmente, como si ella leyera pensamientos... como si los humanos tuvieramos algún poder por sobre lo natural. Estúpido e irracional. Ilógico.

Y justo tuve que tomar un libro de Maquiavelo. Muy interesante, pero esto no me mostraba un mundo nuevo en el cual infiltrarme. Y yo que deseaba retroceder al siglo XV. Yo que deseaba adentrarme en un sueño sin fin...
Pero ella se llevó mi mundo. Ella lo arrancó de mis manos con profunda tranqulidad. Pasivamente... como todas las mujeres lo hacen.
La miré. Ella me observaba hace un rato. ¿Por qué me observa? Quizás le parezca extraño que no haya dicho nada en el incidente del libro, situación totalmente factible. Cualquier persona hubiera dicho 'Lo siento' o hubiera entablado una conversación. Pero yo no soy cualquiera.
Quizás me mira porque a ambos nos gusta el mismo libro, quizás me mira porque algo de mí le agrada, o quizás porque mi apatía le desagrada.
'Hey tú, que me observas con atención... ¿Qué me ves?'
No sé si habrá sido mi expresión, o qué, pero apenas pensé eso, ella se volteó casi avergonzada y colocó su vista sobre las rugosas páginas del libro. Como si pudiera saber qué pienso. Imposible. De todos modos quiero saber por qué me observa, pero no tengo las palabras ni el valor de preguntarle. 'Oye tú, ¿Por qué me observas?' No. No tengo esa personalidad... Pero espera. Te he visto antes en este mismo lugar, en esta biblioteca que en mil atardeceres me ha albergado. Esta biblioteca, dueña de mi mundo contextual. Ella lee lo mismo. Ella... ¿Piensa como yo? Es factible sí, podría llegar a ser verídico, pero... ¿Qué tan seguro estoy? La verdad es que solo un poco. Quizás me falta más convicción. Sí, quizás es eso o quizás no. Yo nunca sé qué es lo que sucede en mi vida...

Es bonita. Piensa como yo.
Debo hablarle quizás. Rayos, ¿Por qué siempre existe un 'quizás' en mi vida? ¿Es que no puedo estar totalmente seguro de algo?
Bueno. Voy a hablarle. Pero... ¿Qué le diré?
'Ese libro es muy interesante, lo he leído y...' No no no.
Quizás 'Hola, lamento haber sido descortés hace un momento...' Sí, las mujeres aman las coartadas. Aman ser engañadas con tal de sentirse plenas. ¿Qué tal algo como 'Hola, ¿Cómo te llamas?'? No. No. Eso se lo dejo a un estudiante de secundaria, no a mí.

Quizás debería hablarle como le hablaba a Alicia, la dueña de mi corazón y responsable de mis heridas. Ante su eventual parecido, ante mi falta de imaginación para introducir una conversación... ¿Qué le hubiera gustado a Alicia? Un chico que no ande con rodeos, sí.

Alicia, la chica que había esperado... la chica por la cual tuve que pelear a un mundo entero, y me pregunto, ¿Para qué? ¿Para estar sufriendo más de lo que sufría antes de conocerla?
La chica no dejaba de mirarme mientras yo imaginaba en sus ojos azules la mirada de Alicia. Nos conocimos en secundaria, pero la sociedad en la que vivíamos fue el impedimento... mis padres ya tenían un matrimonio arreglado para mí, los padres de Alicia tenían uno para ella. Nos amábamos, o al menos yo la amé con mi vida, con mi corazón, mi sangre, hubiera dado mi vida por ella... siento que las lágrimas no fueron en vano, que le hubiera llorado un río, y sentiría que eso no está mal. Manteníamos un romance a escondidas, ella era una distinguida señorita, y yo era un reconocido estudiante. Pero esa sociedad ya se acabó. Ahora han pasado más de quince años. Con Alicia queríamos escaparnos juntos, pero ella no llegó. La descubrieron, y luego de que yo me fuera de todas maneras me llegó la noticia de que la encontraron muerta. Nunca pude superar bien esa pérdida. Escapé de todas maneras... y aquí estoy. En una biblioteca. Una construcción antigua con miles de mundos en los que perderse. Bien, Alicia es pasado... debo concentrarme en el presente y futuro, ¿Debería hablarle a la chica? Ella me mira intermitentemente, cabello negro, ojos azules, es una réplica de mi Alicia. Quizás sería abrir una herida, quizás me estoy dejando llevar por un recuerdo. Eso es, lo que me interesa es el recuerdo, no la chica. Creo que...

No, se está poniendo de pie. Debo decidir ahora, le hablo o no. Sí o no. Piensa, piensa, piensa. Cambió el libro, y siguió leyendo. Alivio... creí que la perdería.
Es como si estuviera atrapado en un mundo de cielos azules y rosados, donde las estrellas salen al amanecer y en la noche no hay. Exacto, para el que logró captar la metáfora... en un mundo al revés. En un mundo que es justo como no debería ser. Me explico. Si las estrellas las vieras en el día y no en la noche, sería porque ocurrió algún cambio astrofísico imposible, que arrastra con él consecuencias graves. Eso me ocurrió... mi vida está al revés de lo que debería, con cambios que jamás creí que ocurrirían. Cada día me pregunto como superar esto...

Y de pronto, miré su mano. Un anillo, igual al de mi Alicia.
Ella me sorprendió mirando su anillo y se sobresaltó. Ella... es Alicia. Pero si Alicia está muerta... Alicia vivió solo en mis recuerdos...
Me puse de pie, con la intención de acercarme, pero ella lo notó, soltó el libro que leía y se alejó rápidamente. Corrí detrás de ella por toda la biblioteca, y ella escapaba de mí, ¿Por qué?
-¡Alicia! -Le grité una vez en la salida, ella se detuvo en seco
-Alicia murió -Contestó sin voltear
-No fisicamente, le cortaron las alas para que no pudiera volar, y la ahogaron en un infierno imaginario
-¡Está muerta! Ahora quién existe es otra persona... -Musitó mirándome a los ojos, con un destello azul que no podría confundir jamás en la vida.
-Nadie más que ella se refleja en tus ojos que son la ventana del alma
-Alicia yace en la misma tumba de siempre -Agregó -No hay más... quizás esta historia si tuvo un final después de todo...
-El final que tú le pusiste
-Una tumba que es mejor no escarbar...
-Alicia... -La llamé por última vez a la distancia, pero ella fue más rápida y se perdió entre la gente. No estaba muerta... ¿Qué era mejor ahora? ¿Pensar que sí o pensar que no? Si no la volveré a ver en mi vida, ¿Sería necesario torturarme el resto de mi vida con su recuerdo? Sí. Porque ella fue el amor de mi vida, ella fue la única mujer a la que amé y no estaba muerta, me esperaba en algún lugar. ¿Me esperaba? Pero si escapó... pero si se esfumó como polvo en el viento. Alicia vive. Pero en mis recuerdos... en mi ficción mental. En mi mundo real y cotidiano, Alicia no es más que un cadáver del amor. Ella vivirá siempre en mi cabeza. Yo decido si hacerla sueño o pesadilla.

Me pasé cada día en esa biblioteca, trabajé ahí para estar a cada momento, para que no se me fuera a perder su fina figura otra vez. Pero ella nunca más regresó. Lo cierto es que ella siempre vivió en un cielo lejano, y la mente crea espejismos que nos quieren engañar. Quise abrir mis alas e ir a buscarla. Quise sobrevolar los cielos para encontrarla. Pero olvidé que no tengo alas. Por favor alguien corra y dígale a los ángeles que quise aprender, que me enseñen, que lo intenten... no me conformo con perder todo lo que algun día fue...

Pero no se puede. Ella volvió a la biblioteca cuando yo traté de volar.

Ella volvió a mis recuerdos, pero yo desfallecí hace mucho. Morí en sus recuerdos, morí ese día en que tuve que aprender a respirar sin oxígeno, cuando tuve que aprender a vivir sin ella. Dejé de existir en la vida, en la muerte, en el cielo y en el infierno... la eternidad para mí fue esa biblioteca, aunque eternidad nunca significó vivir para siempre.

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