sábado, 15 de mayo de 2010

Repitiendo el pasado.

Siempre hablo sobre aquel episodio de nuestras vidas. Ese que te marcó a ti y a mí. Ese que nos produce risa ahora, pero que en su momento fue de lo más complicado que nos tocó vivir.
¿Nos está dando la vida una segunda oportunidad?
Probablemente. Quizás necesitábamos de los errores del pasado para poder hacer las cosas bien ahora. Después de todo, cumplimos nuestra promesa: no estamos solos en esto. Siempre nos hemos recordado y es ahora cuando un cúmulo de emociones inexplicables se nos vienen a la mente.
¿Qué debemos sentir? Ante tanta gente, ante tantas cosas. ¿Qué es lo correcto? ¿Dejarnos llevar porque hemos aprendido del pasado, o seguir adelante sin abrir episodios ya cerrados?
Espero un indicio, una señal. Espero que mi mente me guíe por el camino correcto, y espero que todo sea para mejor. Espero que si estas cartas de amor reviven, que si mis lágrimas deciden volverse útiles, y si mi amor elige finalmente su destinatario, las cosas resulten favorables para ambos. Espero que si alguien ha de ganar y alguien ha de perder, que ganemos nosotros y recuperemos todo lo que los terceros nos hicieron perder en un pasado.
Te espero nuevamente con los brazos abiertos. Con miedos y esperanzas. Con inseguridad y a la vez con amor. Te espero. Si quieres puedes recibir mi oferta y acogerte entre mis brazos. Si no lo quieres, ya vendrá alguien que sí sepa valorar estos brazos y este corazón de papel.

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