sábado, 17 de abril de 2010

La vida sigue siendo mía.

A la primera persona...
No, no. Pausa.
Es que con ese comienzo podrían imaginarse que será como la canción, pero no. Yo no pido lo de la canción. Yo seré más específica.
Al primer hombre que entienda que soy libre y que él también lo es, que entienda que mi vida jamás girará en torno a él y que odio que la suya gire en torno a mí, y que no tenga celos porque abrazo a un amigo, y que abrace libremente a sus amigas, pienso entregarle mi tiempo.
Al primer hombre que no me deje sola cuando le diga 'ándate', que me haga saber lo bueno y lo malo que tengo, que me recalque eso que le gusta de mí y que me ayude a cambiar lo que no le gusta, pienso entregarle un espacio en mi vida.
Al primer hombre que le guste caminar conmigo bajo la lluvia, que aguante escuchar mis mil discursos de porqué es malo fumar, pienso darle mi mano.
Al primer hombre que me diga que estoy linda incluso sin maquillaje pienso entregarle un abrazo.
Al primer hombre que me mire a los ojos y me diga te amo de corazón, que me haga cariño, que no sea un maldito bruto caliente, pienso entregarle mis labios.
Al que se ría de lo estresada que vivo siempre sin retarme por ser así, al que me ayude a adelgazar o al menos respete que quiero bajar de peso y no me moleste porque hago dietas, al que me deje opinar y me de también su opinión de manera constructiva, pienso entregarle mis más profundos pensamientos.
Al que en vez de preguntar qué me pasa me saque una sonrisa con un te amo, al que me cuente sus problemas y me deje ayudar, al que no le moleste que lo abrace, lo bese, que le repita que lo amo. Al que tenga su espacio con sus amigos y yo con los míos, al que se acuerde de mí al menos un minuto al día, pienso entregarle mi vida.


Mmm... analizando bien, creo que ese hombre ya no existe.
Genial. Mi vida será solo mía para siempre.

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