martes, 30 de marzo de 2010

Expresión oculta.

Siento esa vacilante fascinación por la expresión oculta. Me gusta crear sin mostrar. Me gusta sentir sin compartir, pero no hablo de egoísmo, no. Al contrario, hablo de prevenir al mundo de ver cosas que no son agradables, o que simplemente nadie quiere ver.
Siento ganas de dibujar destinos entrelazados, escribir un par de párrafos quizás. Y luego alguien lo ve. Lo observa por un tiempo corto... entre dos a cinco segundos, y viene lo de siempre. ¿Qué es? Te preguntan. Y explicas, explicas lo ajeno. Explicas justo lo que no quisiste expresar. Porque el sentido más profundo es tuyo, y de nadie más.
A menudo soy criticada por hacerlo. "Hay gente que necesita eso que tú puedes entregar" me dijo un individuo misterioso luego de leer mis historias, de ver mis dibujos. ¿Qué puedo entregar? ¿Una historia demente? ¿Un dibujo mal logrado? ¿Un escrito tergiversado?
La expresión oculta es mejor cuando sigue siendo propia. Porque cuando la muestras deja de ser tuya. Porque cuando muestras una idea, la regalaste. Se la entregaste a otro, para que ese piense ahora en eso que pensabas hace tanto tiempo.

No digo que esté bien, pero sí digo que la situación me acomoda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario