viernes, 19 de octubre de 2012

Estrategia.

Mientras mis pensamientos estén en orden, todo lo estará, porque de tal modo no importa lo que sienta, mi mente lo procesará como algo irrelevante o inconsecuente y lo bloqueará. Mirándolo desde otra arista, en momentos de debilidad, muchas personas sienten aflorar sus sentimientos y entonces se consideran frías al analizar sus pensamientos desde esa perspectiva. Pero entonces te preparas para esa situación, hablas contigo mismo frente al espejo, tu doble opuesto te juega una mala pasada, pero tú le aclaras que cuando los sentimientos vuelvan a emerger deben ser bloqueados e ignorados. Y así funciona todo a la perfección, bloqueando sentimientos... porque no importa cuánto traten de quitarme, mientras mi frialdad siga junto a mí todo estará bien.
Nunca más quiero volver a decirle a alguien que tomó todo lo bueno que había en mí. No sé si aún quede algo bueno, pero lo que queda son todas las cosas que se han vuelto una costumbre y que tú supuestamente odiarías sin saber que son conductas asociadas. Y entonces escucho una historia que no quiero saber, pero que necesito oírla para ayudar a mi mente a lidiar con el sentimiento. Cada día que pasa mi mente parece tener más razón, y así mismo más dominio sobre las situaciones, no importa cuánto sienta, eso queda en mí y en mis recuerdos... Importa lo que demuestro, lo que mi mente ordene que se deba mostrar hacia el exterior.
Es una buena estrategia, mi doble opuesto no opina lo mismo, pero se puede censurar junto a los sentimientos. Y entonces podré crear una imagen perfecta, entonces podré mantener una expresión facial armónica, un equilibrio aparente, podré disuadir a los espectadores y todo avanzará hacia un nuevo rumbo. Y no importa qué tan frío suene, los sentimientos son impulsivos, nos llevan a cuestionar, a arrepentirnos de todo lo que hacemos... los pensamientos son exactos, requieren de un impulso más analítico que práctico, miden consecuencias, arman la mitad del camino hacia adelante. Así es que mi doble opuesto y su emocionalidad pueden hacerme el favor de callarse, y si no quieren, sólo serán ignorados... Toda decisión ha de ser firme, sino todo lo planteado sería una inconsecuencia. Es el plan ideal para sobrevivir, sólo hay que tener en cuenta la constancia y la barrera entre lo real y lo onírico, si se sabe separar, todo debería funcionar. Trabajaré en ello... porque creo que por fin me estoy ordenando y teniendo buenas ideas. 


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