jueves, 30 de agosto de 2012

Si tú me miras.

Si me vislumbraras más veces a lo largo del día
Si silenciaras mis quejas con tu tacto peculiar
Seguramente recapacitaría y me emprendería
En un nuevo viaje camino a un horizonte frugal.

Si me envolvieras en lugar de desconocerlo todo,
Si fuera de oscilar me hicieras fragmento de tu mundo
Sin abstracciones me decidiría por fin a caminar
Vileza mental, entelequia que me quiere incinerar.

Lejos de aquí, pero siempre lindante de tu soltura.
La incertidumbre asimismo me lleva a la locura
Sueño con tu regazo desde la sombra recóndita,
Sueño con tus labios y con esa luna que tiene la culpa.

Mientras te veo en la cúspide del infinito me denuncio
No estimé lo que un roce como ese personificaba
Poco a poco tus halagos me inhibieron la cordura
Ahora deliro con esa fascinación inevitable que perdura.

Mírame una vez más, di que aún me sientes en ti,
Recuérdame con dignidad si muero en esta alucinación
El léxico adultera, la sonrisa es rotundamente llana
Pero si tú no me miras, nadie más rebosará mi alma.



domingo, 26 de agosto de 2012

Retroceso.

Me gusta escuchar música con gritos porque cantando esas canciones siento que algo en mí se calma, quizás sea odio, quizás los recuerdos, o quizás simplemente vomito la tristeza contenida por tanto tiempo y que se supone que debió haber desaparecido hace años. Y ese es precisamente el punto, creí que podía sobrevivir con mi música, mis dibujos, mis novelas, mi filosofía y los momentos de meditación. Pero resulta que no. Anoche, con algo de alcohol en el cuerpo me alejé del grupo, y me vi desde afuera. Y no era yo, era la niña de trece años que se teñía el pelo negro, que llevaba una carga pseudo-karmática que nunca decía adiós. La de pelo corto, la de la polera de Avenged Sevenfold, la que estando en los huesos quería seguir bajando de peso, la que sentía un gran dolor por un motivo simple: la pérdida. Cuando la vida no te da nada, vives gris, nunca conoces el éxito pero tampoco la derrota suprema. Duele cuando lo tienes todo y por tus propios errores lo vas perdiendo, paso por paso. Eso le pasó a la niña de trece años que buscaba un ruido estridente que saliera de sus audífonos. Ella debió saber que el agua de la tormenta seguiría subiendo hasta ahogarla. Peor aún, la joven de dieciocho debió haberlo dado por hecho, debió ser un hecho, quizás un supuesto, no una opción poco factible. ¿Nunca dirán adiós las preocupaciones estúpidas? La de dieciocho vio viva otra vez a la de trece, tenían muchas cosas en común, pero nunca se sintieron tan similares como esa noche. Y la de dieciocho se metió dentro de la de trece e intentó acabar con ella de una vez por todas. Pero no era la de trece con la de dieciocho dentro, era la de dieciocho, sintiendo lo mismo que hace cinco años, haciendo lo mismo, la misma solución estúpida. No lo pensó, simplemente lo hizo, y cuando se dio cuenta de sus actos, no pudo hacer más que llorar. Cinco años de esfuerzo para... ¿Nada? Se suponía que ya todo estaba bien... Por Dios, ¡Todo era parte del pasado! ¡Ya no debían haber réplicas de ello!
Y no puedo dejar de pensar en ese episodio... no puedo. Tengo miedo, no quiero... no sé, no puedo decir "no quiero caer en eso nuevamente" porque siento que de una u otra manera ya caí en ello otra vez, quizás por motivos distintos, de formas distintas, pero cinco años no fueron suficientes... ¿Qué lo será? ¿Toda mi vida? ¿Es a ello a lo que tendré que dedicarme? No valió nada... todo se perdió, porque quizás sí logré superarlo, sólo que después me pasaron cosas peores, y es como un círculo vicioso. Un círculo que necesita una gran metamorfosis para deshacerse.
Y ya no sé. No quiero pensar en ello. Pero tampoco puedo dejar de hacerlo. Asi es que encontraré una respuesta en lo que grita un artista en su canción. Encontraré una distracción en su voz, en sus ideas, él grita lo que yo quiero gritar. Y aunque esté a kilómetros de distancia, me entiende.
Bueno, ya qué. Vamos a seguir intentando, ¡Quizás llega un milagro y consigo se feliz en cien años más!

miércoles, 15 de agosto de 2012

Gracias por venir, mirar, e irte.

Un problema existencial, una nube espacial, intergaláctica... ¿Me envuelve aún esa luz que entibiaba mi columna vertebral?
Me hundo en cenizas, quiero mejorar, me doy cuenta de mi decadencia, de mi ineptitud vital.
Gracias por nada, por venir, mirar, e irte, como todos lo hacen.
Gracias por romperme de forma accidental, por no desatar el velo de mi mirada, por encariñarte y luego olvidarme. Nunca aprendí bien sobre la vida, ¿Por qué toda circunstancia me supera? Cárcel de la vida, victimización de la existencia... No me quieres, destino, y de aquí a mañana de ti no querré nada. Ni la tristeza que aromó el día, ni la soledad que perfumó esta noche de Agosto. Ni el miedo a la soledad, ni las caricias ausentes de alguien que nunca existirá.
Líneas rectas, no más curvaturas... Déjame, ya tuve suficiente. No me quieres, me abandonaste... No tengo más que decir que esto: letras escritas en la tinta de un lápiz y la sangre de un corazón que ahora me parece enajenado.

martes, 14 de agosto de 2012

Perfección inexistente.

Despierto, no sé bien qué es lo que siento... Aún creo en el mañana, veo algo más, veo tus ojos reflejados en mi mirada. Razones aparentes no hay, motivos, explicaciones... Quiero vivir, respirar, recomenzar, existir otra vez y de ello ser más, porque esta vez no fui capaz de ser suficiente. Fluir de la conciencia, asomas cuando exploto, me llenas, me llamas, encuentro en ti mi doble opuesto, que es increíblemente más decadente de lo que soy. Ni mi copia mejorada resulta ser algo decente... ¿Vale la pena así respirar? Quizás no más, si no logras tus metas habrá siempre alguien mejor. Alguien que de el paso adelante cuando crees que dándolo al lado obtendrás más de la vida, cuando crees que no decidiendo tienes todas las opciones en estado de "posibles", cuando me miras y descubres que en un par de ojos verdes no hay más que en unos negros, sólo miseria, sólo un abismo que te absorve. No soy nada, no nací para ser algo. Quizás ni siquiera existo.
Hasta mañana, corazón. No tengo nada nuevo que mostrarte, nada para darte. Aún así, hasta mañana. No quiero más lágrimas, no quiero más caminos cruzados y enredados en mis brazos.
Adiós, corazón. Ya te despedí hace tanto... ¿Por qué sigues ahí? Inmortal no eres, ¿Qué pasó contigo? Mi herida sangrante, mi sol eclipsado. No importa qué tan buena sea, nunca seré suficiente. No importa qué tan tarde sea, seguiré soñando contigo, idealizándote, inexistente...
Nuestro amor es perfecto. No existes, no existo, no somos nada, eso es lo perfecto.

lunes, 13 de agosto de 2012

Clair de lune.


Porque cualquier lunático podría entender lo que mi humilde dibujo busca expresar...

jueves, 2 de agosto de 2012

L'amour et la mort.





Dibujo de madrugada...